La historia que no es real es la de Albert Einstein. Yo la había escuchado decenas de veces y la creía real, es más, preparando el artículo anterior para incluirla fue cuando descubrí que era mentira. La mentira radica en un columnista americano de los años treinta llamado Robert Ripley que relataba curiosidades, al parecer cuando no las encontraba se las inventaba. Einstein como era de suponer no suspendía en el colegio matemáticas, con diez años uno de sus profesores viendo su capacidad ya le facilitaba libros de Kant y Euclídes.
Este es el ejemplo de que una mentira repetida continuamente sin análisis ni crítica se convierte en realidad.
Os dejo alguna historieta más digna de ser comentada en la barra de un bar y que no es cierta.
Un, dos, tres responda otra vez, ¿epitafios famosos?.
Respuesta: el de Groucho Marx, 'perdonen que no me levante'.
La persona que diga que nunca ha escuchado esto es que como muy cerca debe de ser de Raticulí. Pues es mentira, en la lápida de Groucho Marx pone su nombre, el año de nacimiento y el de la muerte, más una estrella de David, muy sencillita. Si fuera español habría también una foto suya descolorida con el presente con gafas oscuras, muy del 1 de Noviembre, pero ni eso.
La manzana de Eva, ¿que manzana?, en el Génesis no pone en ningún momento que el fruto prohibido fuera una manzana. Anda, los maristeños a taparnos.
Elemental querido Watson, parecido a lo de la manzanita, como la mayoría de nuestro conocimiento del personaje de Richard Conan Doyle es por las películas, el mío en concreto por unos dibujos con perretes, desconocemos que en ningún momento de las novelas de Sherlock Holmes el protagonista pronuncie esta que es su frase más conocida.
Muchos se hartan de hablar toda la vida para que nadie recuerde nada de lo que dijeron y este es famoso por algo que nunca dijo.
Me callaré.
Este es mi Sherlock Holmes, ¡guau!. El perro azul es Watson, elemental.
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