lunes, 18 de octubre de 2010

MORFEO QUEDAMOS A LA MITAD

Disfrutar de una buena comilona no tiene precio, todos los excesos son perjudiciales, pero el gastronómico debe de tener perdón.
Ayer Domingo comí en casa de mis suegros de manera opípara y excesiva, y cuando no termino con un orujete y un estimulante con cafeína, carajillo es lo mejor, me vengo abajo, se me hace la noche, tengo que momir.
- Carlos, ven a mis brazos. - Me llama Morfeo a sus brazos, el Morfeo griego, y no un negrazo con mini-gafas de sol.
- No puedo ir, estoy muy mal, me encuentro muy pesado. Ven tú, que siempre voy yo.
- Pero chaval, que soy un Dios, y tú un simple mortal, y de los normalitos. Por hoy sal  tu para acá y yo voy a tu encuentro.
- Gracias, que Zeus te lo pague.
Hablando se entienden los mortales y los dioses.



Baco, siempre le consigue clientes a Morfeo.

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