En verdad es una aplicación de unas de sus peculiaridades principales, la restricción de información sobre los depósitos y pasivos financieros que gente de todo el mundo decide encomendar a entidades suizas.
Es el secreto bancario aplicado a las nuevas tecnologías, guardar información digital y secretos tecnológicos.
Para ello han acomodado un par de gigantescos búnkeres bajo los Alpes, búnkeres cuya construcción se remonta a la 2ª Guerra Mundial y que son auténticas ciudades subterráneas.
Ya hay distintas empresas que ofrecen estos servicios ofreciendo la inexpugnabilidad de estas construcciones y los más avanzados sistemas para proteger archivos ni conocer quién es el dueño de los mismos. Desde unos pocos euros al mes por guardar un giga hasta quién sabe cuanto, estos suizos no dicen a nada que no.
El negocio es el negocio.
Roger, eres un lloroncete, pero eso te hace más grande
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