martes, 24 de mayo de 2011

LOS CARTEROS ESPACIALES

La caradura y jeta del ser humano no es exclusiva de las actuaciones realizadas bajo la atmósfera terrestre, como ejemplo tenemos a la tripulación del Apollo XV.
En todas las exploraciones espaciales los astronautas deben de declarar todo el material que suben a bordo, no menos en los viajes del proyecto Apollo. En los viajes a la Luna se permitía que los tripulantes llevaran objetos personales suyos y de familiares además de objetos a los que luego se le pudiera sacar un beneficio solidario, todo debidamente cuantificado.
Esta supuso la cuarta expedición que llegó a la Luna y hasta la fecha el acto de sinvergonzonería que más lejos ha llegado en la historia del ser humano. Los tres tripulantes, Worden, Scott e Irwin decidieron sacarse un dinerín extra. Fueron incitados por un negociante europeo, Hermann Sieger, para que llevaran cien sobres conmemorativos y los matasellaran en la Luna, se iban a vender a precio de oro. Como recompensa les hizo a cada uno una libretica de ahorro en Suiza con 7.000 $. Pero ahí no acabó la cosa, los jetas espaciales ante el descubrimiento del boyante negocio se llevaron para sacarles beneficio de manera directa otros trescientos sobres, les faltó echarse la Vespa amarilla.
Los movimientos de Sieger para vender los sobres hizo saltar la liebre intergaláctica y se descubrió todo el pastel una vez que habían vuelto a la Tierra, los astronautas debieron devolver los 7.000 $ y los sobres que aún tenían. La NASA les castigó y nunca más volvieron a formar parte de ningún viaje espacial.
Claro, si es que a astronauta se mete cualquiera.



"¿A que no os imagináis donde llevamos los sobres escondidos?. Sí, ahí mismo."

1 comentario:

  1. tendrian que haberle puesto una bola a la nave y haverse traido la luna hubieran sacado mas dinero.

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