martes, 31 de mayo de 2011

EL ULTIMO BRINDIS

Todos hemos hecho alguna vez un propósito de enmienda, es típico de realizar en fin de semana con inminente comienzo del mismo en Lunes. Comer menos, hacer deporte, ir a ver a algún familiar que nunca visitamos, estudiar más o incluso trabajar menos, lo habitual es que todo se quede en palabrería, somos españoles y no alemanes.
Un propósito común de la juventud es en momentos de resaca el renunciar al jolgorio y a la vida movida, en los años de historia de la humanidad sólo ha habido una persona que ha cumplido esta palabra, y vaya si lo cumplió, pago por ella y todos sus compañeros.
Huguette Clark era rica, muy rica, con una fortuna cercana a los 500 millones de $ cuando falleció hace apenas unos días. Se codeaba con la élite de Nueva York, era una de las creadoras de tendencia, salía en periódicos y revistas y no había fiesta glamourosa que pudiera permitirse obviar su presencia. En cambio un día se levanto y decidió cambiar de vida, decidió aparcar su vida pública y vivir tranquilamente en su mansión de la Quinta Avenida, esta decisión la tomo un día del año ¡1.930!.
Fiel a su decisión estuvo más de setenta años sin apenas abandonar su casa y el hospital en el que estuvo ingresada los últimos años de su vida, se convirtió en una persona uraña y obsesiva que vivía rodeada de muñecas y sirvientes. Tenía una mansión en Los Ángeles que exigía que estuviera en perfecto estado ante su inminente visita, no fue en más de cincuenta años.
Otra víctima del garrafón.



Charlie también se recluye en casa con muñequitas.

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