No voy a hablaros sobre un bar murciano temático de la serie del vuelo 815 de 'Oceanic Airlines', en todo caso ese sería el 'Bar Perdidicos'. Es sobre otro más real y palpable.
Se trata de un bar de mi ciudad que haría las delicias de cualquier sociólogo con ganas de marcha, por mi parte como me encantan los lugares difíciles y los negocios hosteleros de vida sospechosa lo intento frecuentar todo lo que puedo.
Le voy a poner pseudónimo, digamos el de "Bar Tomy". El "Bar Tomy" se encuentra situado en la mejor zona de la ciudad para tomar un café o una copa y dispone seguramente del local más amplio de la zona. La gente que por primera vez entra allí al segundo se da cuenta de que se ha confundido de lugar. A mi me pasó mi primera vez, sobre las cinco de la tarde pedí un café, al instante me di cuenta que la cafetera en vez de tazas y vasos tenía cd's y cassettes viejos. "¿Café?, no tengo café, yo me lo tomo en el bar de al lado" me respondió el dueño. Lo cogí al vuelo, no era bienvenido. "Pues ponme un 'nestí'", de aquí no me voy yo, me ha gustado tu bar, pensé para mis adentros, o para mis afueras, da igual.
De esto hará unos tres o cuatro años, desde entonces lo utilizo para ver los partido del 'Plus' de los Domingos a las ocho o cualquier otro partido de visionado solitario. La parte amplia del local está habilitada con dos o tres sofás setenteros donde la peña se coloca a ver los partidos. Debe hacer al menos treinta años que no se invierte un duro en el local y vista la decoración te da la sensación de que en cualquier momento aparecen Pepe Sacristán y Fiorella Faltoyano con su 'Asignatura pendiente'.
En conclusión, es tuburioso, no entra una mujer hará diez años y todo el que entra lleva una 'corná' con dos trayectorias, si no es así allí se la daran. Si hay lugares con espíritu, este lo tiene, pero el espíritu va haciendo eses.
Me lo quedo.
Charlie, das el perfil para cliente, pero con menos 'cuartos'.
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