martes, 22 de marzo de 2011

OPRIMIR EN CONDICIONES

Así no se puede gobernar de manera sospechosa y corrupta.
El pasado y el presente de Haití es oscuro, y el futuro casi que también. Han vuelto al país dos personajes del pasado para intentar recuperar el poder. El primero es Jean-Claude Duvalier, un dictador en toda regla que llevaba veinticinco años en el exilio, su eslogan político para los próximos meses es 'A río revuelto ganancia de pescadores'. El segundo es Jean-Bertrand Aristide, que ha sido elegido presidente en varias ocasiones, las elecciones que ha ganado normalmente han estado bajo sospecha, y en dos ocasiones lo derribaron del poder con golpes de estado. Sus gobiernos siempre han tenido la corrupción como telón de fondo y para muchos medios no ha sido más que otro dictador.
En esta ocasión viene escarmentado y ya avisa que hay que poner fin a los exilios y sobre todo a los golpes de estado. La gente no tiene empatía, la gente no se pone en el lugar del explotador que está preocupado por si vienen otros y le vuelan del lugar de un chupinazo. Nunca fue fácil la vida del opresor, pero eso lo pobres haitianos son incapaces de comprenderlo.
Insensibles oprimidos.



Que de buen comer has sido siempre Duvalier.

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