A diario nos machacan con llamadas de operadoras de telefonía e internet. Por mi parte intento mostrar la máxima educación y respeto a quién me llama ya que entiendo que está trabajando y su puesto de trabajo no es envidiable precisamente, aún así conservar la paciencia a veces resulta difícil. En las últimas semanas las llamadas se han multiplicado, hay una novedad que he notado, y es que te preguntan como si fueras tú el que hubieras llamado. Contestas y te responden 'buenos días, ¿me podría decir con quién estoy hablando?´, ¡pero si me ha llamado usted!, ¡vete a Cuenca!.
Y ayer se me presentó el supuesto que cabe a la perfección en este marco demagogo.
Me llamó una operadora muy amable y me dice 'don Carlos (esta chica sabía mi nombre) le llamo para ofrecerle una fantástica oferta para que pase su linea de teléfono a ONO'. Me quedo a cuadros, y le respondo, 'eso es imposible, mi linea ya es de ONO'. La chica se quedó a doble-cuadros, 'anda, la base de datos no debe de estar actualizada...', visto el descuadre ya me ofrecí a ayudarla, 'si quiere me doy de baja y me llama en dos semanas y le vuelvo a contratar la linea a usted, ¿que le parece?'. La chica se queda pensativa 'bueno...se podría hacer'.
Claro guapa, ¿quieres uno de mis riñones?
Por la voz me parece que fue esta chica la que me llamó.
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