martes, 8 de marzo de 2011

'PESAO' AL FINAL DE LA BARRA

Hay un bar ideal a unos cien metros de mi casa.
Es de ambiente difícil y fauna diversa. Suelo bajar a él los Domingos por la mañana a tomarme un cafelito mientras veo un rato del partido de Segunda del Plus.
Y siempre hay en común un cliente, un chaval joven que se encuentra al final de la barra leyendo el periódico.
Este chico hace un análisis de todas las noticias en voz alta, cuando lo que lee es el 'As' la situación tiene un pase porque las noticias deportivas admiten análisis livianos y sencillos. Lo espeso es cuando está leyendo periódicos de información general, sea cual sea la noticia lleva la contra a lo escrito y carga contra los políticos, en general. Sus razonamientos son nulos, tras escucharle más de dos minutos te das cuenta que entre una queja y otra puede haber contradicciones, pero eso es lo de menos, la queja es el origen y el fin.
Dos especimenes son los que pueden estar a su lado.
Por un lado el que se sitúa por error junto él, que le sufre en silencio y lo único que hace es decir 'sí sí' y asentir con la cabeza. El pobre termina desayunando en la mitad de tiempo de lo que suele tardar. El otro ejemplo son aquellos que saben que darle charla y bombo al 'pesao' tiene como recompensa que te inviten a tu café o caña. Porque cuando el 'pesao' se viene arriba y tiene palmeros que le aplauden su estulticia acaba diciendo, 'camarero, no le cobre esa caña a mi amigo'.
Yo me pago lo mío que me sale más caro escucharte.



No, el 'pesao' de la barra no es Jesús Carballo.

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