sábado, 19 de marzo de 2011

VILLANO DISCONTINUO

Crecí pensando que Muamar el Gadafí era un terrorista, recuerdo como mi padre me contaba que estaba detrás de varios actos terroristas de derribos de aviones de pasajeros. Mi padre se refería a los famosos vuelos 103 de Pan Am de 1.988 y el 772 de UTA de 1.989. Los americanos intentaron ventilárselo en varias ocasiones pero no estuvieron atinados. Para mi era como un malo de las pelis de acción realizadas durante la administración Reagan.
Pero de chico coleccionaba estampas de coches y no de presidentes de paises, por lo que con el paso de los años descubrí que este malito era presidente de un país, dictador más que presidente, no era el simple líder de veinte chalados. Y seguían pasando los años y seguía viendo al personaje, pero ya lo veía en actos internacionales y en cumbres con presidentes de paises occidentales, lo habían rehabilitado. Tal vez esta rehabilitación sea debida a que empezó a permitir la entrada de petroleras extranjeras y que se convirtió en un importante exportador de gas.
Tras las revoluciones de Egipto y Túnez el  pueblo libio ha dicho que ya está bien de los cuarenta años de dictadura que sufre, y su líder se ha defendido de la única manera que sabe, con la masacre general. Ante la nueva situación la comunidad internacional liderada por Estados Unidos y Francia está preparando atacar Libia para la liberación de su pueblo. Gadafi vuelve a ser malo otra vez.
Porque lo que importa es el pueblo libio, la posición estratégica de Libia por su producción de petroleo y gas no. Esto puede dar lugar a malentendidos, que por ahí hay mucho mal pensado.
El pueblo, lo importante siempre es el pueblo.



Muamar llevas el peluco fritanga.

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